Si hay algo que tienen en común las películas de Pixar es que siempre consiguen tocarnos la fibra sensible. Ya sea a través de sus historias, personajes o bandas sonoras, de alguna forma acaban emocionándonos y calando hasta lo más hondo.
Desde los orígenes de la productora siempre han sabido conectar al espectador con los diferentes personajes y sus sensibilidades. ¿Quién no se ha emocionado con Toy Story, Monstruos o Coco? (si dices que no, probablemente mientas). Y es que son unos artistas preparando el terreno para las desgarradoras escenas que, por lo general, no estamos preparados para ver.
En esta ocasión vamos a recopilar varios de esos momentos en los que Pixar nos hizo trizas el corazón (por un ratito), y acabamos llorando a mares. Es curioso porque son tan geniales sus aventuras que siempre volvemos a ver las películas y siempre volvemos a llorar en las mismas secuencias:
Coco.

“Recuérdame, hoy me tengo que ir mi amor” (…). Admítelo, a ti también te partió el corazón. Y es que quién no se emociona cada vez que aparece una abuelita en pantalla y la hacen llorar… ¡¡QUE NO ME TOQUEN A LAS ABUELAS!!
Buscando a Nemo.

El sentimiento de pérdida se une al coraje de un padre que encuentra en su único hijo superviviente la única forma de aferrarse a la vida. Disney y Pixar son unos genios del drama en los primeros minutos de las películas y, como no podía ser de otra forma, en Buscando a Nemo nos la volvieron a liar.
Monstruos S.A.

¿Gatito? Una despedida que jamás olvidaremos.
Toy Story 2.

Nunca antes un juguete abandonado había transmitido tanto a dolor y abatimiento. La escena representa el paso de la infancia a la adolescencia y de una forma desgarradora consigue emocionarnos y dejarnos fastidiados media película.
Brave.

El arrepentimiento y el paso a la madurez logran revertir un hechizo con una fórmula infalible: el amor de una madre. Durísima escena, y una vez más durisimo pixar (y disney) jugando con las mamás; especial mención a Dumbo o Bambi.
Inside Out.

“Llévala a la luna por mí”. Una escena y una frase le bastaron a Pixar para hacernos llorar como niños.
Pixar, NO ERA NECESARIO HACERLE ESO A BING BONG. Yo no me recuperé en el resto de la película.
Toy Story 3.

En esta escena de Toy Story nos ponen contra la espada y la pared en una trituradura de basura donde todo apunta a que todos nuestros amigos van a morir… En la escena podemos ver como Woody en un intento desesperado de salvar a sus compañeros intenta retenerlos pero no parece que vaya a funcionar. Después de provocarnos un infarto al corazón lo cierto es que se salvan pero no sin antes habernos sacado unas cuantas lágrimas.
Wall-e.

Wall-e, al final de la película, no reconoce a Eva y se nos rompe el corazón. Corazón que vuelve a latir cuando el amor irracional vence a la programación de la vida.
Toy Story 3.

«Hasta siempre, Vaquero». Los juguetes dicen adiós a su compañero y nosotros no podemos evitar sumirnos en un baño de lágrimas. Después de tantísimos años en los que pixar logró acompañar a toda una generación por los pasos más importantes de su vida con Toy Story, no proponen un final cuanto menos emocionante.
Up.

El amor verdadero se escondía en una secuencia inicial conmovedora que conseguía romperte el alma sin una sola palabra. Up nos propone la introducción más lacrimógena que hemos visto en la historia del cine de animación. Una secuencia que logra partirnos el corazón sin ningún tipo de piedad. Si tienes ganas de llorar, aquí te dejamos la escena: