Pocahontas es una película que trata muchas sensibilidades: el amor, la codicia, el valor… pero sin duda tiene un gran mensaje mucho mayor que es el amor por la naturaleza.
Durante toda la película, nuestra protagonista defiende el valor de la naturaleza en su más pura esencia: salvaje, libre, respetuosa. Y en este artículo vamos a repasar las razones que aprendemos con pocahontas para apreciar y respetar la naturaleza
#1 Los animales pueden ser tus amigos.
Sí, los animales pueden ser tus amigos, desde un colibrí a un mapache. Lo importante es que, más allá de entablar amistad con los animales del bosque, seas capaz de respetarlos, independientemente de su tamaño o aspecto. Todos los animales son importantes, no lo olvides.
#2 Nunca sabes lo que te puedes encontrar.
En la canción Colores en el viento se habla mucho sobre esto y es que, si prestas atención a tu alrededor, descubrirás muchos animales, incluso arboles con formas extrañas. Sólo hace falta prestar atención y estar bien atento.
#3 Puedes encontrar la paz.
A veces nos vemos superados por nuestro día a día, pero, cuando realmente nos vemos desbordados, es que ha llegado el momento de dar un paseo por el bosque. En el bosque, sobre todo, si es en soledad, podrás hablar contigo mismo de lo que está bien en tu vida y de lo que está mal y, con algo de suerte, podrás encontrar la paz mental.
#4 Hay comida deliciosa.
Dependiendo de la zona en la que estes, te podrás encontrar con alimentos verdaderamente sabrosos, desde setas a maíz, además, lo más interesante es que es divertido buscarlos.
#5 Los árboles revelan sabiduría.
Hay arboles que son especiales, incluso ese árbol puede ser tu abuela. Esos árboles pueden darte consejo y ayudarte a solucionar problemas, aunque, lo más probable sea que no recibas ninguna respuesta, pero, a veces es bueno hablar de ello en voz alta.
#6 Puedes encontrarte a ti mismo.
Relacionado con encontrar la paz mental, paseando por el bosque puedes encontrarte a ti mismo, porque, una vez que dejas atrás todos los problemas de la vida y estas solo contigo mismo y con lo puesto puedes encontrarte a ti mismo.
#7 Te puedes tirar dando vueltas por una colina.
Posiblemente, sea la opción más divertida de todas. Aunque sea algo que todos hemos hecho de niños, no hay edad para dejar de divertirse. De hecho, a veces puede ser muy beneficioso volver a hacer cosas que hacías en la infancia.