“He pasado tanto tiempo en la oscuridad que había olvidado por completo lo bonita que es la luz de la luna”
Emily
Somos muy dados a hablar de aspectos que solemos pasar por encima en las películas, incluso, de analizar determinados comportamientos de los personajes de nuestras películas favoritas.
Por esa misma razón, hoy nos adentraremos en el mundo de la animación de la mano de uno de los maestros más reputados del género: Tim Burton. Tim Burton es mundialmente conocido por su estilo tétrico, la teatralidad de sus personajes y su fotografía. Para elaborar ‘La Novia Cadaver‘, se sirvió de un cuento de origen ruso que adaptó sirviéndose del stop motion, que lo encumbró con el clásico Pesadilla antes de Navidad (1993). En esta aventura, Burton nos hará viajar a la Europa del siglo XIX para mostrarnos la historia de Emily y Víctor Van Dort.
Víctor Van Dort es el único hijo y heredero de unos pescaderos que han logrado amasar una gran fortuna, los cuales son conocidos como nuevos ricos, una clase que es mirada con recelo por la aristocracia, puesto que, según estos últimos, no estaban al mismo nivel, incluso, son mirados con cierto recelo por esta clase. Victor es un joven de carácter soñador y distraído que ve como su familia concierta su matrimonio con Victoria Everglot, la hija de unos aristócratas arruinados a los que no les queda más remedio que casar a su hija con unos nuevos ricos, lo que plantea un gran pesar para ellos. Estos personajes se conocerán en el ensayo de la boda y se enamorarán, sin embargo, todo se torcerá cuando Victor, ensayando sus votos nupciales en el bosque, despierte por error a Emily, el cadáver de una novia fallecida que lo arrastra al otro mundo, el mundo de los muertos.
En la película es más que evidente el contraste de ambos mundos: el de los vivos y el de los muertos. Mientras que el mundo de los vivos es un lugar gris, donde la gente camina encorvada y cabizbaja, con los sueños arrastrando por los suelos y el devenir automático de los días, el mundo de los muertos está lleno de color. Los cadáveres, esqueletos y alimañas beben, bailan y celebran la eternidad contra la que han dado sus huesos inmersos en una nube de polvo. Cantan a la muerte, bromeando con lo que les ha dejado tras de sí la vida.
Tras haber hecho esta breve síntesis de la película, paremos a hablar del tema que hemos elegido: los dos mundos. En la película, como sabréis, aparecen dos mundos, siendo mundos exclusivos, uno de los muertos y otro de los vivos. En la película hay un gran contraste entre ambos mundos; mientras que el mundo de los vivos es un lugar gris, donde la gente va cabizbaja, tiene problemas, tiene obligaciones, se arrastra por los suelos, etc., el mundo de los muertos está lleno de color, es un mundo donde no existe el dolor y los personajes cantan y son felices. En ese mundo, los cadáveres, esqueletos y alimañas bailan, beben y celebran la muerte. De hecho, es común que bromeen con la muerte, un tema que es tabú en el mundo de los vivos.
Uno de los aspectos más bonitos de la película es que vemos como los vivos añoran a sus muertos, sí, eso es algo evidente, pero, los muertos también añoran a los suyos, los vivos, que están en el mundo de arriba. Los muertos, al fin y al cabo, se lamentan por la añoranza y se lamentan por aquellos que, en cierto modo, respiran sin vivir y viven sin existir realmente. Los muertos, por su parte, son conscientes de la fugacidad de la vida y, finalmente, han comprendido que la vida es demasiado corta como para desperdiciarla. Por eso mismo, en el mundo de los muertos son todo risas, mientras que, en el mundo de los vivos, vemos como un estilo de vida tétrico, monótono, pocas sonrisas y un pesimismo generalizado.
