En este artículo vamos a hacer algo diferente: vamos a tratar de ponernos en la piel de diferentes personajes de Disney para encontrar una serie de lecciones que nos lleven a la meta de Peter Pan: no crecer nunca.
Peter Pan decía que él no quería crecer, porque parece que toda la diversión se acaba cuando te haces mayor. Obviamente, la mayoría de nosotros echamos de menos la infancia, pero, tampoco estamos tan mal ahora, a fin de cuentas estamos viviendo cosas que antaño no podíamos vivir. En cualquier caso, os dejamos una guía para que, en cierto modo, no crezcas nunca.
#1 Nunca dejes de hacer cosas nuevas.
Incluso siendo jóvenes, a veces, nos cuesta salir de nuestra zona de confort, pero, nos terminamos obligando. Cuando eres mayor, en muchos casos, es raro salir de esa zona en la que estamos cómodos. Mal. Nunca dejes de hacer cosas nuevas ni de tener nuevas experiencias. Hacen mucho más amena la vida y las nuevas experiencias siempre son muy enriquecedoras.
#2 Haz alguna estupidez.
Hacer estupideces siempre libera tensión, sobre todo, por las risas que trae consigo. Está muy relacionado con divertirse, porque, muchas de las cosas que hacemos, pueden ser estupideces, sí, pero piensa en lo bien que te lo pasas.
#3 Hakuna Matata y Lo más vital
Lo hemos dicho muchas veces y es que Hakuna Matata y buscar lo más vital son grandes filosofías de vida. Hakuna Matata para vivir sin preocuparte necesario y Lo más vital para saber que no necesitas demasiadas cosas para ser feliz, al final sólo necesitas lo más vital y poco más.
#4 Nunca dejes de soñar.
Al final, en la vida, todo son etapas. Haremos una división muy simple: Una primera etapa (infancia) en la que crees que todo es posible, una segunda etapa (adolescencia-madurez) en la que te das cuenta de las limitaciones, pero sigues queriendo cumplir tus sueños y una tercera etapa en la que has desistido completamente y te conformas. Mal. No te conformes nunca y recuerda que nunca es demasiado tarde para cumplir un sueño.
#5 No tengas miedo a cambiar un poco las cosas.
Cuando somos jóvenes, somos más susceptibles al cambio, pero, cuando somos mayores, nos cuesta horrores cambiar. Entramos en la dinámica de «si algo ha funcionado siempre, ¿para qué cambiarlo?» Sin embargo, desde tu vestimenta, hasta cosas que estén por encima, siempre es bueno cambiar, sobre todo, si tiene efectos positivos.
#6 Nunca dejes de sonreír.
A veces, lo único que te hace falta, es una gran sonrisa de oreja a oreja. Si no sonríes en todo el día, algo estas haciendo mal, algo que deberías de corregir. Piensa en que por muy dura que sea la vida, tienes que encontrar un motivo que te haga sonreír.
#7 Abre tu mente a nuevas perspectivas.
Cuando eres joven tus ideas van cambiando, incluso, a veces, no tienes miedo de decir que estabas equivocado, sin embargo, cuando te haces mayor, te cuesta mucho aceptar cosas que antes no aceptabas. Nunca dejes de abrir tu mente a esas nuevas perspectivas y formas de ver la vida, de verdad que es muy enriquecedor.
#8 Pedir perdón.
Parece que, cuando eres mayor, no te equivocas nunca, pero, nada más lejos de la realidad. Pedir perdón y, de esa manera, admitir que no somos perfecto, es un acto que no conoce el tiempo.
#9 Amarte por encima de todas las cosas.
No leas esta frase con malos ojos, no te estamos diciendo que te vuelvas un narcisista egocentrico, lo que te estamos diciendo es que en la juventud es donde más abundan las inseguridades, sobre todo, por nuestro aspecto. Cuando seas mayor, ignora el «qué dirán» que siempre nos condiciona.
#10 Soñar con ir a Disneyland.
Si ya has ido, siempre es buena idea volver a ir, si no has ido nunca, ya va siendo hora. Disneyland es un lugar donde la magia está por todas partes. Recuerda, que todos tenemos todo el derecho del mundo a querer vivir en un cuento de hadas y nunca se es demasiado mayor para hacerlo realidad.