La Bella y la Bestia ha pasado a la historia como una de las películas más bonitas de Disney, así como una de las más mágicas. La trama nos lleva de lleno a una aldea francesa, donde vive Bella con su padre. Bella es un personaje que quiere vivir algo más, algo que conseguirá cuando por azar del destino llegue al castillo de la Bestia.
En la película aparecen toda una suerte de personajes que acompañan a la trama como Lumiere y Din Don que hacen que esta sea maravillosa e inolvidable. Lo mejor de estos personajes es que, aunque estén hechizados son muy realistas en los que de una u otra forma puedes verte reflejado. Además siempre le dan un toque de humor a todas las escenas que nos hacen desconectar un poco de la intensidad de la historia.
La última vez que vimos esta maravillosa película de Disney nos dimos cuenta de que hay un montón de momentos con los que te puedes sentir muy identificado y, a continuación os traemos una recopilación de todos ellos
Todos somos Gaston cuando llamamos al timbre de un amigo
Cuando vamos a casa de un amigo y el portero tiene cámara, tenemos que hacer el payaso, es algo que nos sale de lo más natural y nos encanta.
Cuando tu hijo/sobrino empieza a comer él solo
Recuerda que, cuando eres pequeño, es complicado aprender a usar los cubiertos, porque lo natural para ti es coger las cosas con la mano, pero bueno, para todo hay una primera vez.
Cuando te peina tu prima porque no tienes dinero para la peluquería
A todos nos ha pasado que nos ha cortado el pelo un conocido que está estudiando peluquería porque no había dinero para ir a la peluquería. El problema está en el resultado.
El dentista intentando enseñarte donde tienes la carie
Ir al dentista es un momento incomodo, sobre todo cuando estás tumbado boca arriba con la boca abierta y el dentista te está hurgando, pero bueno, es algo por lo hay que pasar. Cuando el dentista detecta algo, hay veces que te lo enseña y resulta ser algo así.
Cuando pisas un lego por la noche
Ya sea un lego, ya sea la esquina de un mueble o lo que sea, son golpes que, por leves que sean, duelen muchísimo. Y de seguro, que nuestra cara es parecida a la de la Bestia, salvo que, si vives con gente el grito es silencioso.
Cuando el profesor te pregunta si has hecho los deberes
Recuerda ese momento incomodo en el que no habías hecho los deberes y el profesor está mandando a gente salir a la pizarra para las correcciones, pero claro, tú no les tienes hechos y estas apunto de entrar en pánico.
Cuando te da un latigazo cervical
A la mayoría de nosotros, alguna que otra vez, nos ha dado un latigazo cervical y nos hemos quedado con el cuello en una postura fija sin poder mirar a los lados o, si es más leve, sin poder mirar a la izquierda o la derecha. Es un momento muy doloroso, tanto, que nuestra cara es parecida a la de Gastón.
Cuando te preguntan si tienes hielo en el botellón
Llegados a una determinada edad, todos hemos ido de botellón en alguna ocasión. Hay algo que siempre sucede, sobre todo, cuando hace mucho calor porque es verano y es que los hielos vuelan y a nadie le gusta beber la bebida caliente. Al final de la noche los hielos valen oro.
Cuando por fin limpias tu habitación
Finalmente, tras insistir, insistir e insistir, hacemos caso a nuestros padres y nos decidimos limpiar la habitación. Admite, que, muchas veces, roza la situación de la imagen.
Cuando vuelves de fiesta
Una de las cosas más divertidas de las fiestas es cuando vuelves de una de ellas abrazado con un amigo comentando los mejores momentos de la fiesta mientras os reís.
Como veis, La Bella y la Bestia (combinada con un pequeño toque de humor) tiene situaciones tremendamente realistas que bien podríamos haber vivido todos y cada uno de nosotros.
