¿Quién no lleva viendo Los Simpson toda la vida? Hemos visto los capítulos de estos simpáticos vecinos de Springfield una y otra vez en bucle, y aún así, logran sacarnos una sonrisa con sus hilarantes aventuras y sus disparatadas situaciones. Homer es el padre de familia y si dices que no te has identificado alguna vez con él, mientes.
Homer vive la vida prácticamente al limite (prácticamente, porque ha estado apunto de morir varias veces), hace lo que quiere y no le importan lo que piensen los demás. No es difícil sentirse identificado con él en muchas ocasiones ya que es un gamberro de lo más entrañable y además siente un amor incondicional por su familia. Sin embargo, no todas sus cualidades son tan buenas… En este artículo te diremos algunas señales que podrían indicar que te estás convirtiendo en Homer Simpson, con sus pros y sus contras:
Comes mucho.
Sin duda, una de las grandes pasiones de Homer es la comida, lo único que él lo ha llevado a otro nivel. Te pedimos que no comas así, más que nada por salud, pero sí te decimos: disfruta de la comida al máximo y prueba cosas nuevas.
Trabajas (muy) poco.
Homer es el Rey de la procrastinación. Nunca le ha gustado demasiado esforzarse, y así lo ha demostrado en diferentes ocasiones. Recordemos que llegó a construir un muñeco de trapo para simular que estaba en la oficina y en otra ocasión logró engordar cientos de kilos simplemente para no tener que desplazarse hasta su puesto de trabajo.
Disfrutas de la vida al máximo.
Esto es una de las cosas más importantes que podemos aprender de Homer y es que él vive la vida completamente al máximo, siempre trata de disfrutar, de visitar lugares donde no ha estado, de liarla parda… en definitiva, hacer cosas que hagan que se sienta vivo, como saltar por un precipicio con un monopatín.
Tienes cambios de humor drásticos
No somos psicólogos, pero está claro que Homer tiene un problema de bipolaridad y no hablamos del capitulo en el que toma pastillas que le provocan cambios de humor o de cuando se transforma en una imparable máquina de destruir.
La rabia domina tu vida.
Homer tiene mucha rabia dentro y, como recordaremos en el famoso capítulo de los «Bultitos de Rabia», hay que dar salida a toda esa mala leche. Aporrea un cojín, haz puenting o sal de fiesta al más puro estilo Barney Stinson, pero no dejes que la rabia domine tu vida.
Nunca haces las tareas.
El último rasgo para identificar a los Homer de la vida es la vagancia. Homer es un vago redomado, de hecho, al lado de la palabra procrastinar podría salir una foto suya en el diccionario.
¿Te sientes identificado con alguna de estas señales?
