El El Rey León es la película favorita de toda una generación y no es para menos, porque objetivamente es una de las obras maestras de Disney. Seguramente hayas visto esta película más de una vez (y de dos, y de tres…), has cantado sus canciones a pleno pulmón has llorado como un bebé todas y cada una de las veces con la muerte de Mufasa.
No te preocupes, todo ello es perfectamente normal, la cuestión es: ¿estas obsesionado con esta película? Por si no eres consciente de ello, a continuación te traemos toda una serie de señales para que salgas de dudas.
El nombre de tu gato es Simba
Por razones evidentes, no puedes tener un león de mascota, pero, eso no ha detenido tus ansias de tener «tu Simba«, entonces, has adoptado a un gato que se parece a Simba lo suficiente para pensar que se trata de un cachorro de león.
Te has pensado comer un bicho
Recuerdas lo que decía Timón sobre el tema «sabe a gallina» y «viscoso, pero sabroso», entonces siempre has tenido curiosidad por ello y, un día te comiste un bicho para ver si tenía razón. Aunque no hayas llegado a comerte el bicho, con haberlo pensado es suficiente.
Hablas continuamente del ciclo de la vida
Para ti el ciclo de la vida es algo completamente real y crees que todos estamos conectados entre nosotros. Es algo de lo que no tienes pruebas, pero, tampoco tienes dudas.
Cuando cruzas un tronco cantas Hakuna Matata
Admítelo, es algo que has hecho alguna vez en la vida y, si no lo has hecho, es algo que te recomendamos encarecidamente hacer, eso sí, con cuidado de no caerte.
Cuando una persona te cuenta un problema dices Hakuna Matata
Para ti, Hakuna Matata es algo esencial en tu filosofía de vida, por eso mismo, para ti, ningún problema debe hacerte sufrir, porque, si tiene solución, no hay problema, tarde o temprano la encontraras, y si no tiene solución, para qué estar pensando en ello, si no tiene solución.
Alguna mañana te has levantado cantando ¡Naaaants ingoyama bagithi baba!
Aunque no lo hayas cantando con una pronunciación perfecta, he de decirte que lo importante es la intención y, con la entonación apropiada, las personas que estén a tu alrededor sabrán exactamente lo que querías decir.
Te acuerdas de Mufasa cuando miras a las estrellas
Nos ha pasado a todos. Hemos mirado a las estrellas y hemos pensado en que los grandes reyes del pasado nos observan desde ahí, además, hemos esperado ver a Mufasa entre las nubes.